ECTAA recuerda que en la última década en torno a 1,8 millones de personas se han visto afectados por el cese de operaciones de compañías aéreas europeas, con un coste medio de unos 800 euros por usuario. Además, la situación ha empeorado en los últimos meses, con nueve aerolíneas europeas quebradas en lo que va de 2012, incluyendo grandes grupos como Spanair, Lufthansa y Windjet.
En este sentido, ECTAA remarca que cuando una compañía aérea se declara insolvente muchos pasajeros no tienen posibilidad de recuperar el dinero ni de ser repatriados. Por ello, entiende que "hay una brecha muy grande en la protección al consumidor", ya que "mientras que un viajero con ‘paquete’ turístico está totalmente protegido, el que solo cuenta con un billete se encuentra indefenso".
Para el presidente de ECTAA, Boris Zgomba, "la necesidad de que la legislación proteja a los pasajeros en caso de insolvencia de una aerolínea se pone de manifiesto, por desgracia, cada vez que una compañía aérea se declara en quiebra". "Es el momento de que la Comisión Europea responda a la petición del Parlamento Europeo", concluye.









