Los grandes cruceristas están dando una lección de coraje empresarial y de su extraordinaria capacidad para competir, dinamizando el actualmente deprimido mercado doméstico. La presentación de la programación para 2009 (¡y para 2010!), manteniendo su apuesta por el mercado español, es la mejor demostración de la solidez del producto crucero en España. El crucerismo, antaño un producto marginal, presta un valioso servicio a la necesaria dinamización que exigen hoy las ventas del emisor. Y la política comercial de la mayoría canalizada a la agencia de viajes.

