Tras formular un interrogante clave (¿cuál es el futuro de la agencia tradicional?), David Hernández dedicó buena parte de su intervención a escuchar a los profesionales. Con este pie, varios agentes tomaron la palabra para hablar de "la soledad" de quienes están detrás del mostrador, expresando la creciente incertidumbre que planea sobre el futuro del agente tradicional, ante el auge de la tecnología como nueva "intermediaria" entre los proveedores y "sus" clientes finales.
"Queremos escuchar la voz de los agentes", reclama el líder de los seguros de viaje en España, quien no duda en afirmar que, "fuera de las sesiones de trabajo, los agentes hablan mucho de sus preocupaciones", para lamentar acto seguido que estas inquietudes no afloren ante el micrófono.
Esta atinada (y oportuna) llamada de atención llega en un momento especialmente oportuno. El Sector acaba de elegir a quienes han de representarle en su nueva cúpula: la Confederación Española de Agencias de Viajes y Turoperadores (CEAVyT). Y cabe esperar que el proceso de unificación sirva de catarsis a los empresarios, directivos y profesionales. Por ejemplo, en el ansiado objetivo de contar con un gran congreso anual unificador, que conviva con los encuentros o convenciones que organizan sus Asociaciones.
¿Puede el Sector permitirse convocar cada año tres "congresos de las agencias españolas"?… A la vista de la menguante participación, se impone una reflexión sincera acerca de la sostenibilidad de estas convocatorias. Máxime cuando esta realidad no es exclusiva de una Asociación, sino que afecta a todas ellas.
Tal vez sea el momento de recuperar el formato de las jornadas técnicas (FEAAV ya lo ha hecho, separándolo de su macro fam trip anual), previo a los congresos (como el de AEDAVE).
Y, aunque su ejecución constituya una labor sumamente compleja, cabe reflexionar acerca de la convocatoria de un gran congreso sectorial, impulsado por CEAVyT, en cuyo marco puedan celebrarse encuentros de Asociaciones empresariales y —porqué no— asambleas de Grupos comerciales —por supuesto a puerta cerrada—, confluyendo todos en una multitudinaria sesión plenaria, dedicada a los grandes temas que afectan a todos.
La generosidad y altura de miras que ha de caracterizar el proceso de unidad sectorial —bajo el modelo aplicado con éxito en su Confederación por los hoteleros— debiera pasar por la renuncia a "los" congresos, en favor de "el" congreso sectorial. Lo que en modo alguno está en contra de que cada Asociación celebre su encuentro anual. Sería la escenificación pública del trabajo unificador que se realiza en el ámbito de los consejos directivos. Y no estaría de más que incorporase este ejercicio de "catarsis del agente" ensayado por AEDAVE en su congreso.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.









