Cameron insiste en que "las convenciones y exposiciones tienen un impacto en el desarrollo de la economía y solamente de modo fortuito para el turismo. Ellas toman parte para promocionar cosas como el desarrollo profesional y de negocios, el intercambio académico y de investigación, adelantos técnicos y médicos y la evolución cultural, no se trata simplemente de llenar habitaciones de hotel". De esta manera, el directivo de la AIPC se refiere al Mercado de Reuniones como un sector "huérfano", que ha ido cayendo en manos de los diversos sectores que componen industrias más reconocidas, pero con un papel "obviado" por los Gobiernos y por la industria en sí misma.
En su análisis del verdadero valor de los centros de convenciones, Rod Cameron afirma que ha sido el propio sector del turismo el que, tradicionalmente, ha tendido a perpetuar la noción y el hecho de que el sector de los congresos y reuniones está "administrativamente unido a él por conveniencia", olvidando un gran número de objetivos de desarrollo económico que Cameron enumera, y entre los que destacan "la creación de foros para las interacciones entre los inversionistas globales y los negocios locales en una gran variedad de áreas", o "la atracción de eventos internacionales que se relacionen directamente con las áreas de las prioridades económicas del Gobierno".
En su reflexión, Cameron se pregunta también por qué se ha infravalorado el papel del Sector de las Reuniones y, especialmente, de los centros de convenciones e insiste en que "es un Sector que no puede medirse directamente. Gran parte de la evaluación directa de la eficacia de un centro se focaliza en lo que contribuye al turismo y al sector hotelero, ignorando el gran valor generado en el desarrollo económico total, sin embargo, que algo sea fácil de medir no significa que sea el componente más importante". Con esta última afirmación directivo de la AIPC se refiere a que el papel de las reuniones, convenciones o exposiciones desempeñan en la promoción de otras áreas de la economía casi lo compensa los beneficios más tangibles del gasto.
La comercialiazación de los centros de convenciones
Para Cameron, la comercialización más acertada para un centro de convenciones ha de ser alcanzada con el esfuerzo dedicado y que dé prioridad a las demandas del Mercado de Reuniones, así como las oportunidades más amplias asociadas al desarrollo económico de los negocios. Si no se hace así, "se cae entonces en la perpetuación de la idea de que los centros de convenciones existen sólo para servir a un solo sector, el turismo, y sesgan su foco en esa dirección", asevera.
Por último, Cameron hace especial hincapié en la separación entre el Mercado y el ocio, afirmando que "las convenciones y exposiciones son una venta de negocio, no la clase de venta al gran público aplicada al ocio, es necesario que las reuniones sean consideradas un negocio serio, no un dulce de leche". En cuanto al papel de los Conventions Bureau, Cameron admite la necesidad de asociación y agrupación en un Sector tan competitivo, pero insiste en que "participar en un proceso no es lo mismo que dominarlo".










