La afición por los deportes de invierno aumenta cada año en España. Según los datos del Instituto Nacional de Deportes, la pasada temporada más de la mitad de los esquiadores (el 62%) acudió a estaciones ubicadas en el territorio nacional, mientras que un 19% se decantó por Andorra, un 13% por Francia, un 5,5% por los Alpes y el 0,5% restante por otros lugares.
Según revela un estudio realizado por el departamento Business Analytics de Intermundial Seguros de Viaje, los españoles "son cada vez más conscientes de la importancia de ir bien protegidos ante los riesgos que implica la práctica de los deportes de invierno". El 6% de los esquiadores y snowboarders sufren alguna incidencia que requiere atención médico-sanitaria, siendo las caídas y las colisiones los incidentes más habituales.
Esquiadores más previsores
Estos imprevistos pueden llegar a alcanzar costes muy elevados. El importe medio supera los 500 euros, pero éste aumenta cuando es necesario realizar un rescate en pistas o utilizar un vehículo medicalizado, casos en los que se puede superar los 6.000 euros. Esto provoca que en un momento de crisis económica como el que atraviesa el país, los esquiadores sean cada vez más conscientes y previsores. Por eso, la temporada pasada el 10% contrató un seguro de nieve.
En un momento de crisis económica como la que atravesamos, los esquiadores son cada vez más previsores. Por eso, la temporada pasada, el 10% de los esquiadores comenzaron a adquirir sus seguros en octubre, aunque la mayoría de las contrataciones se realizaron en enero y febrero, meses en los que se concentran el 44% de las mismas.
Según Intermundial, los esquiadores demandan seguros con amplias coberturas en gastos médicos, asistencia sanitaria, hospitalización, rescate en pistas y repatriación. Y, además, se interesan por las cláusulas que cubren la pérdida de servicios, ya que la falta o exceso de nieve puede dar lugar al cierre de las pistas. Por otra parte, los aficionados a los deportes blancos son cada vez más conscientes de la importancia de contratar garantías de anulación por si, antes de iniciar el viaje, les surgiera algún imprevisto que les obligara a cancelarlo.










