"Nuestro objetivo es aumentar la eficacia de las normas de seguridad para los buques de pasajeros en viajes domésticos y los estándares operativos de todos los que vienen o parten de los puertos de la Unión Europea", ha explicado el comisario. Asimismo, precisa que Bruselas viene estudiando cambios normativos desde 2010 para "mejorar la estabilidad de los barcos tras sufrir daños o una colisión", pero también "el registro de pasajeros y los procedimientos de evacuación".
Por otro lado, ha ofrecido a las autoridades italianas el apoyo de la Comisión Europea y de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM) para las operaciones de rescate, salvamento e investigación, al mismo tiempo que informa de que Bruselas vigila "estrechamente" los preparativos para retirar más de 2.300 toneladas de fuel a bordo del crucero. El comisario reconoce que el "trágico accidente del Costa Concordia ilustra tristemente que la seguridad es la primera preocupación en el transporte", pero defiende "el historial impresionante de seguridad en los últimos años" del sector marítimo.
El Ejecutivo comunitario prevé lanzar el próximo febrero una consulta pública para que todas las partes interesadas puedan aportar su opinión y experiencia en la reforma comunitaria sobre seguridad en el transporte marítimo. Posteriormente, probablemente a partir del verano, se presentarán las "propuestas legislativas y medidas de acompañamiento". Antes, este mes de enero, Kallas espera reunir en Bruselas al sector de los cruceros para escuchar sus aportaciones.
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