Según la hotelera, la venta de estos establecimientos no responde a una ‘salida’ de las islas, puesto que "en los dos últimos años también hemos adquirido hoteles en Baleares y Canarias", sino a la imposibilidad de "dotarlos de mayor categoría", apunta Pacheco. "Contemplamos la desinversión como la última de las opciones, intentando previamente la reforma del hotel, aunque por limitaciones de solar, urbanísticas o legales, no siempre es posible".
El caso de los dos hoteles que la cadena pone a la venta en Canarias es diferente. Tanto el Barceló de Lanzarote como el Margaritas, en Gran Canaria, responden a la categoría de cuatro estrellas. Aquí la operación responde, como explica Pacheco, "a la rotación de activos que ya cuentan con bastante antigüedad, por otros más recientes que se han adquirido, como ha sido en Fuerteventura".









