El nuevo plan de racionalización del transporte ferroviario, recientemente aprobado por el Consejo de Ministros, busca garantizar los servicios públicos de transporte de viajeros de interés general, así como el derecho a la movilidad de todos los ciudadanos, independientemente de dónde vivan. El criterio de eficiencia económica implica que el autobús se establezca como método alternativo en muchos casos, sobre todo en las líneas férreas en las que el número de usuarios es uno o ninguno. Parece una broma (el plan se aprobó el 28 de diciembre), pero no lo es. Rectificar es de sabios, y aprender de los errores también, por lo que ahora se impone adecuar las inversiones hacia los modos más eficientes.

