Ante este más que posible descalabro del transporte aéreo italiano, el primer ministro del país, Silvio Berlusconi, que en su día entorpeció las negociaciones con Air France-KLM, ha criticado la posición adoptada por los sindicatos, especialmente la de Cgil, tildándolos de "irresponsables". Asimismo, Berlusconi ha acusado a las fuerzas sindicales de la compañía aérea de "no mirar por el bien del país y no tener en cuenta los desastres sociales que podrían derivarse de ello".
Por su parte, el comisario extraordinario de la deficitaria aerolínea italiana, Augusto Fantozzi, ha abierto las puertas "a cualquiera que sea capaz de garantizar la continuidad de Alitalia".









