Como explica el presidente de AENA, Juan Ignacio Lema, se contempla un conjunto de medidas cuyo objetivo es reducir los efectos de esta actividad sobre el medio ambiente y sobre las poblaciones ubicadas en el entorno próximo de los aeropuertos. Así, el plan, que cuenta con el beneplácito del sector, contempla cinco actuaciones.
Por una parte, las relacionaddas con el descenso y el despegue, implantando para lo primer las ‘aproximaciones verdes’ —maniobras de descenso continuo—, y para lo segundo maniobras de precisión en despegues. Además, se prohibirán aviones ruidosos y se creará un sistema global de monitorado de ruido al que podrá accederse desde la web de AENA. Por último, la entidad incorporará vehículos eléctricos a la flota del aeropuerto de Madrid-Barajas.
La aplicación de estas medidas supondrá un ahorro anual de 25.000 toneladas en el consumo de combustible y una reducción de 75.000 toneladas al año en la emisión de CO2, o lo que es lo mismo entre 100 y 160 kilogramos de combustible por vuelo y entre 300 y 489 kilogramos de emisiones de CO2 por operación. El sector aéreo calcula que sólo en ahorro de combustible al año se alcanzará entre 12 y 15 millones de euros.
Se prevé que en el plazo de un año todos los aeropuertos españoles implantarán ‘aproximaciones verdes’ en horario nocturno para reducir el impacto entre cuatro y seis decibelios en las poblaciones situadas a más de 18 kilómetros de las pistas de aterrizaje. Asimismo, antes de fin de año se prohibirá operar a las aeronaves ruidosas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, y a lo largo de 2010, en Palma de Mallorca, Málaga, Gran Canaria, Tenerife Sur, Valencia y Alicante. Esta prohibición ya es efectiva en el aeropuerto de Madrid-Barajas desde 2007 y se prevé aplicar en el resto de los 47 aeropuertos de la red.









