Como explica el secretario general de la AEA, Ulrich Schulte-Strathaus, "la UE ha mostrado constantemente su voluntad de asumir una posición de liderazgo en el debate de las emisiones en el sector aéreo". Y añade que, sin embargo, "su incapacidad para convencer al resto del mundo de continuar con ese liderazgo, ha dejado a Europa aislada y las aerolíneas europeas no deberían quedar expuestas a ninguna prueba financiera que pueda poner en peligro nuestra competitividad global".
En su asamblea la Asociación ha expresado que siempre había apoyado el concepto de mercado de emisiones como una potencial herramienta útil para el control de las mismas, pero dentro de una estrategia que también debería incluir avances tecnológicos, infraestructuras y un desarrollo operacional. De hecho, destacan que la elaboración de medidas basadas estos puntos son más esenciales que la penalización económica de las aerolineas europeas.
Así, Schulte-Strathaus señala que "en Europa todavía no existe un modelo que tengamos que aceptar incondicionalmente", por lo que no es lógico que tenga que cambiar el concepto que está planteando el resto del mundo. Las conclusiones de la asamblea finalizan con la idea de que "esperamos que la Comisión Europea se una a este proceso constructivamente para encontrar una solución efectiva global". Y finaliza matizando que "espero que veamos el compromiso de la comunidad aérea internacional por desarrollar una serie de objetivos, que podamos afrontar con unas medidas concretas".









