El sector de la aviación ha celebrado ayer una jornada, convocada por la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor), para analizar las perspectivas de futuro ante la Directiva Europea de comercio de emisiones de dióxido de carbono (CO2). En el encuentro, el director de la Bolsa Española de Derechos de Emisión de Dióxido de Carbono (Sendeco2), Ismael Romeo, ha explicado que adquirir derechos de emisión de CO2 generará un déficit al sector aéreo de 1.400 millones de euros en 2012.
Asimismo, ha asegurado que para 2012 se ofertarán 250 millones de toneladas en derechos de emisiones de las cuales 180 serán repartidas de manera gratuita entre las compañías que cumplan con la normativa europea, y los 70 millones restantes deberán adquirirse mediante subastas o a través del mercado secundario. Así, para estimar el gasto que supondrá al sector esta medida, Romeo ha realizado el cálculo tomando como base un coste de 20 euros por tonelada adquirida, lo que multiplicado por las 70 millones de toneladas que deberán costearse las compañías genera un montante de 1.400 millones de déficit.
Además, ha señalado que el gasto se incrementará sustancialmente a medida que el coste de la tonelada aumente con el paso de los años, puesto que el porcentaje gratuito ofrecido a las aerolíneas tenderá a disminuir en los próximos años. Por otro lado, en lo referido al ahorro de emisiones contaminantes a través de una eficaz gestión aeroportuaria, el director de Medio Ambiente de AENA, José Manuel Hesse, ha entonado el "mea culpa" porque considera que la gestión del espacio aéreo español debe ser "más eficiente".
En ese sentido, ha explicado que es excesivo el tiempo de espera de las aeronaves en la cabecera de los aeropuertos, puesto que en ocasiones los aviones pasan de 15 a 20 minutos con los motores encendidos esperando la orden para el despegue. Asimismo, Hesse ha anunciado la creación en Madrid de una planta de crecimiento de algas que se alimentan de CO2, lo que permitirá generar la biomasa necesaria para la creación de bioqueroseno que podrá ser utilizado por la industria como combustible.
Aenor verificará las emisiones
Aenor verificará más de ocho millones de toneladas de CO2 emitidas por las aerolíneas españolas, como consecuencia de la aplicación de la nueva Directiva Europea de Comercio de los Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el sector. Así lo ha anunciado el director general de la entidad de certificación, Ramón Naz, durante la jornada de ayer organizada junto a la Fundación Fórum Ambiental y Sendeco2.
Esta cifra se corresponde con las emisiones de una decena de compañías, entre las que se encuentran la mayoría de las que operan en España, aunque podría incrementarse, ya que el plazo para la presentación de los informes de verificación a los que deben someterse no finaliza hasta el próximo 28 de febrero. La nueva directiva insta a las compañías aéreas a presentar sus informes de emisiones de CO2 y de las toneladas-kilómetro, verificadas por un tercero independiente ante los organismos competentes antes de esa fecha.
Por su parte, Iberia considera que se puede disminuir un 12% las emisiones de CO2 por parte de las aeronaves si se logra una gestión "más eficiente" del espacio aéreo, ha asegurado el director de Medio Ambiente de la compañía, Jaime García, durante su ponencia. García ha señalado que el sistema de gestión aeroportuario estadounidense es "más eficaz" que el existente en Europa, por lo que evidenció que "aún hay mucho margen de mejora" en cuanto a la reducción de gases nocivos en la atmósfera.
Asimismo, la aerolínea Vueling prevé una reducción del 3% de las emisiones de CO2 de sus aeronaves para 2012, según ha indicado durante su ponencia la directora de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la compañía, Laura Durán. Para ello, la aerolínea con base en Barcelona, está elaborando iniciativas que incrementen el ahorro de fuel, además de iniciar diversos estudios para comprobar la viabilidad del uso de biocombustibles en los aparatos.
Igualmente, ha reconocido que en dos años las líneas aéreas tendrán que pagar por emitir CO2 a la atmósfera, por lo que Vueling está "ya buscando alternativas" para que dicho gasto "no repercuta sobre el usuario con subidas en el coste del billete". En ese sentido, ha explicado que la empresa está analizando medidas que permitan reducir la altitud de los vuelos, así como optimizar los sistemas de frenado del avión y aplicar pinturas especiales sobre el aparato que reduzca el peso del mismo.











