La amenaza de una creciente morosidad pende amenazante sobre las cabezas de muchos agentes de viajes. La falta de liquidez, provocada por el brusco cierre del grifo crediticio, justo cuando la caída de ingresos hace más necesaria la financiación, está llevando a una inquietante acumulación de pagarés, letras de cambio y demás compromisos de pago. Así el cliente final paga más tarde, lo que se une a la dificultad para renovar pólizas de crédito. Nunca como en estos meses se ha producido una situación de potencial colapso tan grave en las agencias españolas.

