Siguiendo esta línea, el presidente de AEA ha recordado al director general de Energía y Transportes de la Comisión Europea, Matthias Ruete, que la industria aeronáutica ha sufrido numerosos cambios, por lo que habría que modificar alguno de los aspectos incluidos en el proyecto. Defendiendo su postura, Hartman ha criticado que en el momento en el que se diseñó el proyecto, el barril de brent rondaba los 40 dólares, mientras que en la actualidad ha superado la barrera de los 130 dólares. Asimismo Hartman también ha avisado que el transporte aéreo "ha pasado de registrar una tasa de crecimiento del 6%, a una variación del 3%, que además podría reducirse en los próximos años".
Finalmente, el presidente de la AEA, que ha negado que los aviones sean la principal fuente de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, ha apostado por el proyecto Single Sky, el cual "reduciría considerablemente las emisiones", a la vez que aumentaría los beneficios de las compañías aéreas.









