Que el Sector está sobredimensionado es un secreto a voces. Superar los 10.000 puntos de venta (entre centrales, sucursales, inplants y dependencias auxiliares) ha sido un hito difícilmente sostenible en tiempos de crisis. Como también es de dominio público que el censo de agencias se ha inflado por la proliferación de franquiciados, cuyo futuro no está claro. De hecho, la mayoría de cierres los están acaparando agencias franquiciadas.
Sería un grave error, por tanto, considerar víctimas de la crisis a lo que no es sino un redimensionamiento esperado. El dato comparativo más revelador para evaluar esta realidad, es que en España existen tantas agencias como en Alemania que, además de ser un mercado emisor excepcional, duplica en población a España.
Dicho lo cual, es de rigor constatar que la crisis ha llegado a la comercialización turística. Agosto marcó el punto de inflexión, llevando al Sector a la primera caída real de las ventas en una temporada de verano, desde hace tres lustros. Un cambio de tendencia que la gran mayoría de agentes prevé será aún más grave en el verano de 2009, si bien el calado de la crisis sólo será cuantificable tras los test de las próximas temporadas de invierno y de Semana Santa.
Lo que no es de recibo es que, desde la Prensa del Sector, se azuce el fantasma del miedo, haciendo vaticinios agoreros que el tiempo se ocupa de desmentir. La confianza es esencial para quienes viven de vender y es inaceptable quebrarla para tener más audiencia.
Y es que, al contrario de lo que predican los agoreros (el lobo suele llegar, antes o después, pero la peor forma de prevenirlo es gritar constantemente anunciándolo), las agencias pondrán a prueba su extraordinaria capacidad de resistencia frente a las crisis. Sin referirnos a las grandes (Viajes El Corte Inglés ha superado 50 millones de euros de beneficios anuales), esta capacidad de adaptación es tanto o más notoria en las independientes.
En 20 años de vida, NEXOTUR ha constatado que los pequeños agentes son los mejor preparados para ajustar su economía a las caídas de la demanda. La fórmula de autoempleo es, para bien y para mal, la que ha adoptado buena parte de un Sector formado por micro-empresas de estructura familiar.
Este singular tejido empresarial otorga a la agencia independiente la fortaleza del sistema organizativo de las hormigas, tan pequeñas como indestructibles. Los autónomos constituyen una casta profesional, tan abnegada como competitiva, que ha llevado al Sector a su actual y privilegiada posición, pese a la feroz competencia de las grandes agencias integradas en grupos. Es más, no es descartable que se vean tanto o más afectadas las grandes redes que las agencias independientes.
El importante proceso de integración empresarial que los agentes independientes han llevado a cabo durante los últimos años en torno a los Grupos comerciales es una de sus mayores fortalezas. Primero, asegurándoles el poder de compra frente a los proveedores y, segundo, propiciando fórmulas y niveles de integración para generar sinergias y reducir costes en tiempos de crisis. Esta es la realidad del Sector. Las "cascadas de cierres" y demás titulares catastrofistas no son sino equivocados (aunque dañinos) ejercicios de amarillismo.
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