El informe, realizado con motivo del 15 aniversario del observatorio, también destaca la tendencia a la mayor elección por parte del turista del alojamiento en propiedad, de modo que durante los últimos tres años el turismo residencial se convirtió en el tercer tipo de alojamiento de los visitantes llegados al destino.
Por otro lado, advierte del descenso en la estancia media del conjunto de turistas de la provincia en más de cuatro días, pasando de los 15,2 días registrados en 1993 a los 11,1 del pasado 2007. En el caso de los hoteles la bajada es de un día, pasado de 4,5 a 3,52 jornadas.
Así, el estudio señala que esta caída se debe a una "tendencia generalizada" de la demanda turística, que opta por una mayor fragmentación de los periodos vacacionales, por lo que se incrementa el número de viajes y se reduce la duración de cada uno.
En lo que se refiere a los mercados, destaca la evolución del británico, que representó el 30% de los viajeros llegados al destino en 2007, diez puntos por encima de su cuota en 1993. De este modo, los residentes extranjeros aumentaron 11 puntos en el periodo, colocándose en el 68% del total, frente al 32% que representan los españoles.
Aumento de la edad media
En cuanto al perfil de viajero, se detecta un envejecimiento de la edad media del turista en algo más de cinco años, por lo que se sitúa en 48,6 años. De hecho, los visitantes de más de 65 años suponen actualmente el segundo grupo más representativo, con más del 24,22% del total.
En el periodo analizado, la provincia de Málaga casi triplicó el número de turistas recibidos cada año, al pasar de 3.495.000 a más de 9,5 millones, un 172,33% más, con un especial incremento en el caso de los viajeros internacionales, del 227,65%. Los visitantes nacionales, por su parte, se duplicaron.
Por otra parte, en lo que se refiere a la oferta del destino, los alojamientos se han incrementado un 214% y las plazas un 63,28%, con un aumento del 70,43% en el caso de los establecimientos hoteleros.
El crecimiento más acentuado se produjo en las plazas hoteleras de cuatro estrellas, con un 288,18% más, por lo que la cuota de las plazas de los establecimientos de cuatro y cinco estrellas representan el 61% del total, 30 puntos por encima de 1993.











