La Hotelería española mira con preocupación la evolución del euro frente a la libra, que se ha depreciado más de un 35% en 2008. Casi todos los informes apuntan a que este verano muchos ciudadanos británicos viajarán a destinos alternativos más baratos que España. Pero ¿es todo una cuestión de moneda? ¿Qué se puede hacer para ofrecer un producto diferente por el que el visitante esté dispuesto a pagar un poco más?

