El objetivo del aeropuerto, para vuelos privados, es descargar El Prat de Barcelona y está previsto que tenga vuelos con España y Europa. Una vez elegida la ubicación, se llevarán a cabo los trámites urbanísticos y aeroportuarios, la redacción del proyecto y la ejecución de las obras que podrán corresponder a un promotor público o privado.
Los entes locales que quieran presentar sus propuestas tienen de plazo hasta el 21 de abril y en caso de que los terrenos ocupen más de un municipio, podrán hacerlo de forma conjunta los ayuntamientos implicados. El nuevo aeropuerto corporativo es el segundo promovido directamente por la Generalitat, después del de Lleida-Alguaire, que ya está en el proceso final de construcción y tiene prevista su puesta en servicio a finales de año.
La pista deberá ser equivalente a 1.800 metros sin pendiente y se valorará la posibilidad de hacer futuras ampliaciones que permitan una extensión de pista hasta 2.200 metros. Asimismo, el emplazamiento deberá tener una superficie mínima de 150 hectáreas por lo que la parcela tendrá que tener una longitud cercana a los 3.000 metros, además de unas 50 hectáreas adicionales adyacentes para fijar las actividades económicas y de servicios.









