La Semana Santa ha pasado con unos índices de ocupación «aceptables» para el Sector, con caídas en algunas Comunidades autónomas y pequeñas sorpresas en otras. Lo que ya sí es una realidad es la guerra de precios en la que están empezando a entrar los hoteleros para asegurar resultados, una política cuanto menos arriesgada. Bajar los precios para captar clientes no es la mejor forma de afrontar la crisis pero, hasta que el Sector no se estabilice y las reservas no levanten el vuelo, es la opción más fácil para los empresarios, y también, quizá, la más comprensible.Â

