Profesionales del mundo del vino, del Turismo y de la gastronomía se han dado cita en el II Congreso Internacional de Turismo Enológico (CITE), celebrado en Barbastro (Huesca). Durante dicho acto, expertos de este segmento han coincidido en señalar la necesidad de potenciar la cultura del vino y la gastronomía como elementos de diferenciación y promoción turística, además una mayor vinculación entre administraciones públicas y sector privado. Entre los temas abordados en el encuentro organizado por la Universidad de Cádiz, la Fundación Universidad Empresa de la Provincia de Cádiz y el Ayuntamiento de Barbastro, ha tenido un protagonismo especial la implantación de las nuevas tecnologías con herramientas que "permiten llegar a los clientes hasta rincones antes impensables".
El presidente de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), Fernando Sánchez Bódalo, ha destacado el papel del vino como "elemento aglutinante de los diversos territorios de nuestro país desde el punto de vista turístico después del ‘sol y playa’, de donde se infiere la oportunidad y casi obligación de crear productos turísticos relacionados con él". En este sentido, Bódalo subraya que "la creación de ese producto implica la colaboración de la iniciativa pública y privada y el desarrollo de una metodología que permita la unión de todos los recursos de un territorio".
Apoyarse en los nuevos medios digitales
De cara al futuro, el presidente de Acevin resalta que "la clave dentro de la situación actual es agudizar el ingenio para saber cómo se puede avanzar". Por su parte, el director técnico del CITE, Eduardo Serrano, ha destacado en su intervención que la entrada de nuevos actores, como asociaciones o productos, "generan una comunidad más amplia, más activa y con un mayor nivel de interactuación, especialmente apoyada en los nuevos medios digitales".
Además de los restos del enoturismo en España, los profesionales que se han participado en las tres jornadas de trabajo también han analizado la parte negativa de este segmento turístico. Por ejemplo, se identifican los mismos problemas que se encontraron en las actividades pioneras, como la falta de imaginación, con una gran carencia de iniciativas privadas para el desarrollo de productos novedosos. Asimismo, también se ha hecho referencia a la falta de uniformidad de la oferta y la duplicidad de esfuerzos, con muchas iniciativas públicas y privadas copiadas, según apuntan los organizadores del congreso.
En definitiva, el II Congreso Internacional de Turismo Enológico ha servido para poner sobre la mesa la "necesidad de replantearse los modelos de promoción, organización y, especialmente, comercialización de los productos enoturísticos y gastronómicos".









