Así, ALA insta al colectivo a actuar con "racionalidad" y eviten "perjudicar a los clientes". "Todo ello en un año en el que la crisis ha provocado la pérdida de 100.000 empleos en el sector aéreo europeo, cuando las compañías aéreas agrupadas en IATA van a perder 11.000 millones de dólares en 2009 y cuando en España se rozan los 4 millones de desempleados", puntualiza la asociación. ALA considera que "en estas circunstancias, pedir subidas salarias de más del 4%, cuando el país está próximo a la deflación, convierte la huelga en un atentado contra el sentido común y la racionalidad", por lo que condena "enérgicamente" los paros.
Por su parte, ACETA también ha mostrado su repulsa a la huelga debido a los "graves perjuicios" que causa tanto a las aerolíneas como a los clientes. La asociación considera que "agrava la crítica" situación que sufre el sector por la crisis. Asimismo, por su retribución un 20% más alta que la de sus homólogos en otras aerolíneas europeas, que incluso "duplica" la de algunas ‘bajo coste’, Aceta lo califica de "agravio", y asegura que es "especialmente insolidario" con los trabajadores de áreas como handling, seguridad y mantenimiento. Por todo ello, ACETA ha instado a los sindicatos a desconvocar de manera "inmediata" los paros programados para los próximos días 10 y 11 de noviembre, con el fin de "evitar mayores perjuicios" al Turismo en general, aunque alertaron de que "el daño ya está hecho".
En el segundo día de paros, ha transcurrido "tranquilo" y "sin retrasos", a pesar de los 210 vuelos que la aerolínea ha cancelado. Las anulaciones han afectado a un total de 20.000 pasajeros, que se suman a otros 20.000 viajeros que el lunes 25 de octubre sufrieron las consecuencias de las cancelaciones. Iberia ha cifrado en un 7% el seguimiento de la huelga, que para los sindicatos ha sido "unánime".









