El año 2009 terminó ayer y, si hubiera que resumirlo en una sola palabra, ésta sería, sin duda, «crisis». La crisis ha sido un término omnipresente durante todo el año y de ella, como no podía ser de otra manera, no se ha salvado el sector hotelero. A pesar de todo, las empresas no han registrado unos resultados tan malos como se preveían a principios de 2009 y han salvado el ejercicio aunque con más pena que gloria. Esperemos que este año sea mejor y podamos olvidarnos, aunque sea un poco, de la omnipresente palabra.


