La nueva marca mantiene algunos de los activos históricos de su predecesora, aunque con ligeros ajustes, como el cóndor que ha sido redibujado, "estilizando sus trazos y otorgándole mayor pureza a su forma". Por otra parte, el color azul característico de la compañía ha sido sustituido por un celeste más cercano al de la bandera argentina, y la antigua tipografía institucional fue reemplazada por una variante más moderna, "que conserva, sin embargo, la tradicional escritura en itálicas, símbolo del avance, empuje y optimismo que caracterizan a esta nueva etapa".
Para llevar a cabo este cambio, la línea aérea ha trabajado con la consultora global FutureBrand, contratada tras un proceso de concurso al que se presentaron diversas empresas. Esta consultora es reconocida por haber sido la responsable de renovar la identidad corporativa de varias líneas aéreas.











