Los resultados de los meses de verano para el sector hotelero no han sido sorprendentes, tal y como se preveía la ocupación se ha recuperado ligeramente, pero el lastre sigue siendo la rentabilidad. Los hoteles tienen más clientes pero muchas veces esto se consigue gracias a las ofertas, lo que reduce los beneficios de los empresarios. Sería de esperar una mejora de la rentabilidad, aunque lo cierto es que hay cierto pesimismo en el Sector porque ésta va estrechamente ligada al presupuesto de los clientes, que no pueden permitirse excesivas alegrías cuando la economía nacional parece que tardará aún algún tiempo en remontar.


