Aunque las compañías aérea representadas por la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) aceptaron no cambiar la frecuencia de pago al BSP a partir de enero de 2011, la posibilidad de aplicar una liquidación semanal, que se abordará en la próxima reunión del 3 de febrero, sigue preocupando al Sector de agencias. En este sentido se ha pronunciado el presidente de la Unión de Agencias de Viajes (UNAV), José Luis Prieto, que en declaraciones a NEXOTUR ha advertido de que "supondría un gravísimo problema para el canal de distribución".
El máximo responsable de la Asociación apunta que en caso de que IATA llevase a cabo este cambio "a medio plazo se volvería en contra del BSP, es decir, de las propias compañías aéreas", ya que lo que "es malo para las agencias no puede ser positivo para sus proveedores". Asimismo, Prieto, que considera "absolutamente inviable su imposición", destaca que "en ningún país europeo las agencias están obligadas a liquidar semanalmente".
Indefensión de las agencias frente a quiebras de las aerolíneas
Con esta modificación, las compañías aéreas pretenden minimizar el riesgo, evitando impagos como los de Terminal A o Viajes Marsans. Al respecto, Prieto explica que "el riesgo no puede desaparecer, pues es algo inherente al propio concepto de empresa". "Entre las preocupaciones de las agencias está no volver a vivir situaciones como las de Air Madrid o Air Comet, que tantos problemas nos supusieron, pero creo que nadie nos puede garantizar que mañana no vaya a quebrar otra aerolínea", apunta.
En esta línea, señala que "todos somos conscientes de que en la actualidad hay compañías aéreas que están atravesando por una dificilísima situación financiera, acumulando pérdidas millonarios, pero no esperamos que ninguna medida drástica o de dudosa legalidad nos libere de este riesgo". Finalmente, Prieto, que aboga por que "el sistema permanezca como está", hace hincapié en que las agencias de viajes españolas "llevan muchas décadas cumpliendo con rigor sus compromisos de pago con proveedores y empleados", por lo que a su juicio "no es aceptable que estén bajo sospecha".











