La denuncia del lobby de las aerolíneas de "bajo coste" ante Bruselas por las ayudas de la Generalitat de Cataluña a una compañía aérea, vuelven a poner sobre la mesa la situación que, desde siempre, caracteriza al transporte aéreo en España y en el mundo. Resulta chocante, aunque no les falte razón, que sean las low cost quienes denuncien unas subvenciones de las que algunas de estas compañías han sido (y son) beneficiarias. Al igual que resulta paradójico que determinadas grandes compañías aéreas de bandera rechacen hoy las subvenciones a otras compañías, cuando históricamente se han beneficiado de multimillonarias inyecciones de dinero público, especialmente cuando eran empresas públicas.


