El euro está resultando, pese a todas las críticas, una auténtica tabla de salvación para la economía española, y en concreto para el Sector. En efecto, de no ser por la moneda única, en las circunstancias actuales, una moneda nacional ya se habría hundido, y aunque favoreciera algo las exportaciones y el Receptivo, a corto plazo, a la larga no dejaría de ser una auténtica rémora y la ruina del Emisor. La estabilidad cambiaria no está perjudicando al Receptivo, al contarse otros factores de competitividad,y por el contrario está permitiendo el difícil mantenimiento del Emisor en una coyuntura particularmente difícil como la actual.

