Otro de los problemas para los OPC españoles es que desean "desde hace mucho tiempo" certificarse con la ‘Q’ de Calidad Turística, un trámite "que está llevando demasiado tiempo", señala Abreu. "Asimismo, el tema de IVA está dando muchos quebraderos de cabeza, ya que algunos inspectores entienden que nuestra facturación debe estar grabada con el tipo general del 18 % cuando muchos de los servicios que facturamos a nuestros clientes están tipificados como IVA reducido al 8% (restauración y catering)".
Al respecto, Abreu recalca que otros países han aplicado un IVA "súper reducido al turismo o incluso lo han suprimido", lo cual "nos hace ser menos competitivos cuando presentamos candidaturas para realizar congresos en nuestro suelo". Para tratar estas problemáticas y dar alguna solución, la Federación Europea de Empresas Organizadoras Profesionales de Congresos (EFAPCO), de la que Abreu es presidente de honor, está presente en distintos foros europeos "defendiendo nuestros intereses, así como participando de forma muy activa en varios comités de normalización".
Así, entre otras cosas, intentan lograr que haya una Norma ISO-EN. Con esta propuesta pretenden que se permita que la actuación y servicios de las empresas que quieran certificarse sea igual en cualquier país del mundo.
Efectos de la crisis en el Sector
"La crisis nos ha afectado de forma rotunda en el mercado nacional y en el corporativo, ya que tanto las asociaciones como las empresas han aplicado fuertes reducciones en sus presupuestos de marketing relacional, reuniones internas y otros gastos como incentivos", subraya Abreu. Al respecto, recuerda que ha habido sectores del mercado corporativo "que han casi suprimido las acciones de apoyo e incluso su presencia en exposiciones anexas a congresos, como es el caso de la industria farmacéutica, con relación a las convocatorias de las asociaciones medico-científicas".
Igualmente, han notado "de forma muy destacada" el ahorro de gastos en las instituciones de carácter público, "que ante la situación general de restricción al gasto, están suprimiendo un gran número de actividades y presencias". Con este panorama, Abreu señala que las previsiones y expectativas son "algo peor a las del año pasado, a excepción de los congresos internacionales programados antes de esta situación, que se siguen manteniendo aunque con un número más reducido de participantes".








