Acusar a la aerolínea de Globalia (Air Europa) de externalizar (o vaciar) la compañía porque el turoperador del grupo (Travelplán) o la red minorista (Halcón Viajes Ecuador) acuerdan compartir vuelos de otra compañía (Orbest) y mayoristas (Iberojet), demuestra la supina ignorancia y la osadía de un colectivo —formado por asalariados— que actúa como si la compañía le perteneciera.
La práctica de compartir capacidad (y riesgo) en vuelos chárter, como los del Caribe, no es algo nuevo. Y responde a un imperativo del mercado: apurar los costes para ser competitivo en precios.
Obligar a Travelplán y Halcón a que su operador aéreo sea —siempre— Air Europa supondría, en determinados casos, que el precio final sea mayor que el de sus competidores, con lo que comporta. Pero, sobre todo, esta intolerable intromisión en la gestión de una compañía —no ya para expresar un parecer, sino para presionar con huelgas— pone a las claras los procedimientos de este atrabiliario sindicato de trabajadores con sueldos millonarios.
Hidalgo está dispuesto a "resistir indefinidamente la huelga indefinida", ¿lo están sus pilotos?








