Thomas Cook se desplomó el pasado martes en Bolsa tras anunciar que como resultado del deterioro de varias áreas de su negocio en el cuarto trimestre y por su posición de caja y liquidez, está negociando sus acuerdos con sus principales arrendadores. El grupo turístico asegura que aunque sigue cumpliendo con sus compromisos financieros, está intentando lograr un acuerdo con sus bancos prestamistas para lograr ajustes que mejoren su resistencia si las condiciones del negocio "siguen difíciles".
Como resultado de este anuncio, Thomas Cook ha retrasado la presentación de sus resultados anuales, que estaban previstos para el próximo 24 de noviembre, a la espera de culminar con las nuevas negociaciones. En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, Thomas Cook ha registrado unas pérdidas operativas de 253 millones de euros, un 17,2% menos, por la debilidad del mercado doméstico y por el impacto derivado de los conflictos geopolíticos en Norte de África y Oriente Próximo.










