La exigencia del administrador concursal de Spanair para que las agencias entreguen los importes de los billetes no volados, que habían sido pagados por sus clientes, ha causado la lógica indignación de muchos agentes de viajes, que se resisten a aplicar una normativa que consideran manifiestamente injusta. Para la inmensa mayoría, no es de recibo que el agente, como prescriptor e intermediario del cliente final ante las aerolíneas, entregue el pago de unos servicios que no se han prestado, en lugar de devolverlo a su propietario.
