Estas obras, según han precisado desde el establecimiento hotelero, aseguran a los clientes mayor comodidad y servicios "más acordes con los tiempos actuales sin perder las señas de identidad de antaño". La apertura se produce coincidiendo con la llegada de la primavera, la Semana Santa y las Cruces de Mayo.
El hotel se sitúa a cinco minutos a pie de la Alhambra granadina, en un paraje protegido por la Unesco y cuenta con una gran historia; de hecho, es el segundo en activo más antiguo de España –con más de 100 años– y el único que nunca ha cambiado de propiedad.
Esto ha sido "esencial" para mantener la identidad propia del establecimiento, con obras que no han modificado la arquitectura "pero han sido un soplo de aire fresco y una reestructuración de otras vías de servicio" tales como los salones de celebraciones o el segmento de congresos y reuniones.









