En la misma han admitido su temor ante posibles "consecuencias contra la aviación europea" y a las "contramedidas" que pudieran tomar países terceros en respuestas a esta nueva normativa. Según explican, "muchos de los países" que se oponen a dicho impuesto ya han llevado a cabo ciertas "restricciones". Por ejemplo, Airbus advierte que China ha cancelado un pedido superior a 9.150 millones de euros, lo que provoca que se esté "poniendo en peligro hasta 1.000 puestos de trabajo, además de otros 1.000 empleos en la cadena de proveedores".
Los consejeros delegados de las nueve empresas firmantes esperan que "la lista de suspensiones, cancelaciones y acciones punitivas" crezcan en otros "grandes mercados" que también se oponen a la ETS. "Es una situación que la actual y debilitada europea no se puede permitir", lamentan.
Por todo ello, reclaman que "con carácter urgente" se realicen consultas en el Consejo Europeo y "sobre todo que se dialogue con los Estados que estén barajando tomar represalias". "Siempre hemos creído que la única manera de resolver el problema de las emisiones de la aviación pasa por una solución global, y ésta solo se puede encontrar dentro de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO)", explican en la misiva.









