Los días previos al periodo estival se están convirtiendo en un hervidero de informaciones relacionadas con la normativa sectorial. La LOTT está en plena fase de modificación, pero su proceso está siendo mucho más tortuoso de lo esperado. No solo porque hay dos anteproyectos (fechados con un mes de diferencia), sino por el hecho de que han sido redactados sin consultar con el Sector. Ilógico, en el mejor de los casos. Una reforma de tal calado, que afecta al 56% del articulado anterior, necesariamente debería ser consensuada con quienes padecerán los cambios. Se supone que las opiniones sectoriales, que han sido solicitadas "a posteriori", serán escuchadas, pero ¿también serán atendidas?


