La última hora amenaza, más si cabe, con concentrarse esta temporada. Tendencia que encuentra un terreno abonado en la escasa propensión al gasto del mercado emisor español. Así, cuando ya parecía cosa del pasado la suicida subasta a la baja del precio de los destinos estrella, ocupando páginas enteras de publicidad de los periódicos, gran parte de los clientes están a la espera de poder comprar, un año más, duros a cuatro pesetas. Si en otras temporadas el campo de batalla fue el Caribe, este año la guerra comercial podría afectar a los hoteles radicados en la Península e islas que no obtengan suficiente nivel de ocupación.


