Los sindicatos convocantes aseguran que "no pueden ser cómplices de un plan que quiere destruir Iberia y convertirla en una compañía residual dentro del sector aéreo mundial, fagocitada por British Airways y con unas perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo nulas". Por ello, rechazan sentarse a negociar con los gestores de la compañía aérea y han emplazado a éstos a "reconsiderar su postura y ofrecer un plan de crecimiento en el que se puedan contemplar medidas de sacrificio pero, también, de recuperación de la actividad productiva, de inversión y de consolidación de la empresa".
En una rueda de prensa conjunta, los sindicatos han recordado Iberia "ha dado beneficios todos los años durante el período 1995-2008, alcanzando una cifra récord de 1.400 millones de euros entre los años 2001 y 2008". "Atendiendo a estos antecedentes, es incomprensible que los responsables de la empresa tiren la toalla en un contexto económico adverso que requiere de estímulos e ideas constructivas".










