Y no se trata de crear alarmismo, sino de constatar la durísima realidad que afronta el consumo doméstico de viajes y, por tanto, el deprimido mercado Emisor español.
Tras el cierre de parte de la red minorista de Orizonia (Vibo, antes Viajes Iberia), el número de puntos de venta se situará a finales de año en el nivel que tenía en 1988, según los datos recogidos en el primer Directorio Profesional NEXOTUR, con lo que el volumen de agencias habrá retrocedido nada menos que un cuarto de siglo.
Para colmo, la caída del receptivo amenaza también con una tormenta perfecta que, de confirmarse, afectará a hoteleros, transportistas y al receptivo, que se mantenían del oxígeno que les aportaba el auge de turistas extranjeros.
El constante goteo de los expedientes de regulación de empleo (como los de Halcón, Barceló, El Corte Inglés, etc.), concursos de acreedores y suspensión de operaciones (Versys Travel o Travelmar son los últimos ejemplos) o despedidas a la francesa, constatan la cruda realidad que sufre el Sector.
El previsible pinchazo de la temporada de verano no supondrá, en contra de lo que afirman algunos agoreros, una debacle de la distribución de viajes y vacaciones en España. Buena parte de las agencias ya han ajustado drásticamente sus costes (y siguen haciéndolo), hasta equilibrar los ingresos y gastos, asegurando así su viabilidad futura. Aunque, desgraciadamente, no todas las agencias han logrado este objetivo, y durante el actual ejercicio se prevé el cierre de varios centenares de puntos de venta.
En contra de la convicción general, los cierres han afectado más a grandes redes (y agencias medianas) que a las minoristas independientes. De hecho, la mitad de los puntos de venta que han cerrado sus puertas formaban parte de las redes minoristas de Marsans y Vibo. Sorprendentemente, la microempresa de estructura familiar está demostrando una notable capacidad de resistencia.
Sin embargo, las grandes redes son las que están repartiéndose gran parte del pastel de la minorista de Orizonia, empezando por Barceló y continuando por El Corte Inglés y Halcón, en detrimento de los Grupos comerciales de agencias independientes, que afrontan una complicada situación.
El mercado emisor de viajes y vacaciones (al igual que el resto del consumo y la demanda interna), exigen medidas económicas que dinamicen nuestra economía, y que se concretan en dos premisas: abrir el grifo crediticio (para no asfixiar a las pymes y microempresas), y un plan de choque urgente (para potenciar el empleo) que permitan cambiar la actual tendencia. Sólo así puede frenarse la sangría del cierre de empresas y destrucción de empleo, e iniciar la recuperación de la confianza y, por ende, el auge de la propensión al consumo de viajes.
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