El difícil equilibrio entre libertades fundamentales, como son el derecho de huelga y manifestación, y la defensa de sectores estratégicos para nuestra economía como es el Turismo, debiera ser objeto de un gran debate, que dé paso a un Pacto de Estado por el Turismo. En bien de todos. La proliferación de huelgas en los grandes transportistas españoles, no solo ponen en entredicho los balances de estas compañías, sino que suponen un perjuicio al Turismo que Administraciones y Sector debieran cuantificar, y mostrar a las claras a la Sociedad. La pésima imagen que se está proyectando de España como destino turístico en muchos mercados emisores, es motivo de una creciente preocupación en el Sector, que ve con impotencia cómo se deteriora la marca España en el ámbito turístico.


