Además, sería casi el tiro de gracia para el Empresariado sectorial —incapaz de repercutir la subida en las reservas ya contratadas—, lastrando aún más los balances.
La frenética actividad del lobby sectorial (desde el Consejo de Turismo de CEOE hasta las Organizaciones empresariales CEHAT y CEAV o la Mesa del Turismo) podría impedir que el Ejecutivo apruebe la subida antes del verano, ante la catástrofe sectorial que ello supondría. Pero, en contra de las declaraciones del ministro Soria, que asegura que el Gobierno "no va a tocar" el IVA al Turismo, la preocupación sectorial es creciente.
La suma de las presiones de Europa para incrementar la recaudación fiscal y el anuncio de una próxima reforma fiscal en España, tienen en vilo a todo el Sector Turístico. Y pese a que han transcurrido apenas unos meses, lejos queda la esperanza de lograr un IVA turístico superreducido.
El incremento de la presión fiscal se ha convertido en la bestia negra del Turismo en España. Tanto en impuestos directos, como el IVA, como en indirectos y, muy especialmente, ante el peligroso recurso de crear impuestos turísticos y elevar las tasas que afectan al Turismo.
Los impuestos turísticos los han ensayado dos de nuestras Comunidades autónomas. Cataluña, que ante la penuria de sus cuentas públicas tiene una urgente necesidad de recaudar, ha implantado un impuesto que está recaudando menos de lo previsto, y cuyos efectos secundarios están todavía por ver.
Por contra, Baleares ha metido en el cajón el impuesto turístico anunciado, relevando al vicepresidente del Govern que lo impulsó, y asumiendo ante el Sector el compromiso de descartarlo. Una excelente noticia para subsectores como el del alquiler de automóviles, que era uno de los más amenazados.
También parece que Fomento podría recoger velas, tras la fuerte subida de las tasas aeroportuarias, que ha tenido un único efecto benéfico: expulsar a Ryanair de parte del mercado español, que estaba vampirizando. Pero, salvo esta excepción, la regla es la caída de tráfico en aeropuertos y puertos, y el incremento de las pérdidas para las compañías aéreas y las cruceristas.
Aunque las presiones del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo explique, sorprende que sea un Gobierno del PP el que suba los impuestos, una acción política que va en contra de su ADN político. Pero todo tiene un límite, habida cuenta de que España no ha sido rescatada. El Turismo es un bien a proteger, no a esquilmar, para tapar el enorme agujero creado por una gestión política tan ineficiente. Y ya no aguanta más.
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