La deriva política española genera una creciente incertidumbre en la evolución de nuestra economía. Pese a que el Turismo es uno de los sectores menos afectados, existen serios riesgos e incertidumbres para el Sector. Que la percepción exterior de la situación española no sea mucho peor de lo que es, en buena parte es mérito del Turismo, que permite a millones de visitantes ver con sus propios ojos un país en marcha, pese a los efectos de la crisis sobre la población. Entre los principales riesgos de la deriva política para el Sector Turístico están sus efectos sobre la solvencia del empresariado y la ansiada apertura del grifo crediticio a las empresas turísticas.

