El Gobierno ruso asegura que su objetivo es prevenir la inmigración ilegal, así como la entrada de personas sospechosas de terrorismo. No obstante, todo parece indicar que es una respuesta a la medida similar planteada por la Unión Europea, cuyo objetivo es que los turistas rusos tengan que aportar datos biométricos para entrar en los Estados miembros a partir del segundo semestre de 2015.











