Y en mitad de la meseta madrileña, un aroma a litoral que invade los sentidos. El Mediterráneo sube la marea rompiendo olas en Madrid. El Restaurante Kalma de Madrid Marriott Auditorium es una alegoría a la Albufera valenciana y a la gastronomía Mediterránea, conseguida a través de la simulación de las estacas en todo el perímetro, el agua de los vidrios azules de las bodegas centrales y la luminosidad de los blancos de paredes y techos –a semejanza de las barracas-. La madera como símbolo de la calidez y calidad se incorpora en el muro de ladrillo y en las carpinterías de cerramiento.
Sabor en el olfato. Guisos y pucheros, de los de siempre; pero nuevos. Cocina saludable y sostenible que invita a viajar, en un otoño que camina hacia el invierno, a un mar en medio de tierras. Toda una sorpresa a orillas de Madrid que ahora destila aroma a fuego y bosque; pero también a las aguas frías que ya han olvidado el verano.
Huele a salmón y bacalao; a salsa de manzana, a castañas y gel de lima. Por supuesto, también a paella y arroz; a setas de temporada y a la carne de la mejor caza. Pistacho, frutos rojos y frambuesas… El verano hace allí las paces con el otoño…también con el invierno. Frescura alrededor, tardes de chimenea en cada plato.
Este noviembre sabe también a puchero de la abuela. El Restaurante Kalma presenta, desde el día 27 de noviembre al 1 de diciembre, sus nuevas Jornadas Gastronómicas. Un viaje sensorial por la historia de las legumbres que inunda de tradición los paladares más exquisitos. Lentejas, garbanzos y alubias o judías servidas en unas elaboraciones que rozan la magia culinaria. Tartar de lenteja caviar con berberechos; Ajo blanco de altramuces y chufas con mojama; Capuchino de haba verde sobre crema de torrefacto de cebolla; Garbanzo pedrosillano frito sobre crema de apio nabo y cigala. Para los entrantes ligeros de legumbres, frías y templadas las opciones son: Ensalada de pochas con bacalao ahumado, costrones de pan de aceitunas y gel de piparras; Falso risotto de orzo, guisantes y trufa negra; Menestra de habitas y achicoria con torrezno de Soria; Lentejas amarillas al pil pil, con cocochas de bacalao. Las legumbres con tradición nos traen seis posibilidades: Fabada asturiana con su compango; Alubia de Tolosa con berza y morcilla de verduras; Verdinas estofadas con chipirones y almejas; Potaje de garbanzos con espinacas y bacalao.
Una buena comida siempre termina con un mejor postre: Crema de alubia blanca, vainilla y bizcocho de albahaca; Tarta de queso con galleta de garbanzos castellanos; Tiramisú de guisantes y te matcha; Brazo de gitano relleno de alubia pinta, crema de canela y regaliz. Un largo etcétera de sabores para vivir una experiencia única.
El Madrid Marriott Auditorium, un hotel en la capital del oso y el madroño, es, en definitiva, un lugar donde descansar es también soñar. Un lugar para contar historias, una excusa para soñarlas.









